Beneficios de echarse la siesta

En muchas culturas, dormir la siesta por la tarde es algo más que común, forma parte de la vida diaria. 

Estaréis pensando acertadamente en España. Pero ocurre también en muchos otros países.

Por ejemplo, según la National Sleep Foundation, en los Estados Unidos hasta un tercio de los adultos toman regularmente una siesta al mediodía.

¿Pero qué hay detrás de esta costumbre tan extendida? 

A continuación, veremos de dónde viene la siesta y cuáles son los principales aspectos a tener en cuenta.

¿DE DÓNDE VIENE LA SIESTA?

Igual has pensado que la siesta procede de España por su gran arraigamiento.

Sin embargo, no es así. El origen de esta costumbre data de la época de los romanos.

Al momento de la siesta se le conocía como la «sexta romana». Los romanos solían descansar y dormir sobre las 12 del mediodía coincidiendo con las máximas temperaturas del día.

La «sexta» pasó a ser la «siesta» en España y cogió gran auge gracias a San Benito, en cuyo monasterio era obligatorio acostarse en total silencio entre las dos y las tres de la tarde para coger fuerza para el resto de la jornada.

Más adelante, los jornaleros agrícolas y ganaderos adoptarían también esta costumbre de descansar durante las horas más calurosas del día y así aumentar la productividad nocturna. 

Tradicionalmente, la siesta se prolongaba más de dos horas, ya que se decía que era el tiempo que tardaba el cuerpo en hacer la digestión. Hoy sabemos que no es necesario que sobrepase la media hora.

La siesta también tiene una explicación biológica. Como consecuencia natural del descenso de la sangre después de la comida desde el sistema nervioso al sistema digestivo, se provoca cierta somnolencia.

Por otro lado, los últimos descubrimientos han hallado que un total de 123 partes del genoma humano tienen relación con la siesta e influyen en la decisión de una persona de dormir la siesta o no. Es decir, algunas personas son genéticamente más propensas a dormir la siesta que otras.​

BENEFICIOS DE ECHARSE LA SIESTA

Grandes personajes de la historia alababan las siestas y se servían de ellas para trabajar más. Por ejemplo Napoleón o Winston Churchill.

Este último era un gran entusiasta y frecuentemente sus colaboradores quedaban sorprendidos cuando le veían tan fresco a altas horas de la madrugada y con ganas de trabajar durante la Segunda Guerra Mundial.

Más recientemente, empresas punteras como Nike y Google también han empezado a implementar la siesta en el horario de trabajo.

Esto se debe a que se ha comprobado que una pequeña siesta entre 10-20 minutos es capaz de producir muchas ventajas.

A lo largo del día, la somnolencia va aumentando y esto hace que disminuyan las capacidades cognitivas. Especialmente después de comer. 

Un pequeño sueño reparador puede contrarrestar este efecto y mejorar la atención y la memoria.

Proporciona también la facultad de prolongar la actividad y resistir el sueño hasta altas horas de la noche con poca fatiga acumulada.

Además, este pequeño sueño contribuye a reducir la deuda de sueño en caso de no dormir bien por la noche. Y, por lo tanto, a disminuir el estrés y estar más descansado.

Por otro lado, también te ayudará a mejorar tu recuperación del entrenamiento.

MÁS SIESTA NO ES MEJOR

Todo indica que las siestas cortas, entre 10 y 30 minutos, son las más efectivas para mejorar el rendimiento.

Dormir siestas demasiado largas (mayores a una hora) puede indicar una falta de sueño nocturno. Si te ocurre de forma habitual, piensa en dormir más por la noche.

La siesta no es la solución a dormir mal o poco por la noche. Si debido a esto tus siestas se alargan demasiado cada día, el problema es tu deuda de sueño.

Puedes caer en el círculo vicioso de echarte largas siestas para recuperar el sueño nocturno. Si te ocurre, tu deuda de sueño se volverá crónica aumentando el riesgo de padecer ciertas enfermedades.

RECOMENDACIONES PARA ECHARSE LA SIESTA

Si te gusta echarte la siesta, te sienta bien, o simplemente quieres probar:

  • Intenta que no sea muy tarde. Después de la hora de comer sería un periodo bueno donde nuestros ciclos circadianos descienden y la actividad baja.
  • Si es breve, mejor. Evitarás el aturdimiento y tu sueño nocturno no se verá afectado. Si no tienes la costumbre de echarte siestas cortas, ponte un despertador.
  • Una técnica que puede funcionar para no alargarnos mucho en la siesta es tomar un café algo antes. La cafeína tarda unos 45-60 minutos en hacer efecto. Si aprovechas este lapso para la siesta te encontrarás con menos somnolencia al despertar.

EN RESUMEN

La siesta está muy arraigada en muchos países. Aunque el primer término asociado con esta costumbre data de los romanos, la relación biológica y genética existente da a entender que proviene de mucho antes.

La siesta se asocia a grandes beneficios:

  • Mejora la recuperación física y cognitiva.
  • Permite resistir el sueño nocturno en caso de tener que trabajar.
  • Disminuye el estrés.

Recuerda que la siesta no sustituye el buen sueño nocturno. Para conseguir sus máximos beneficios:

  • Ponte una alarma para no pasar los 30 minutos.
  • No te eches demasiado tarde para evitar impactar en las horas de sueño nocturno.

Ahora que sabes lo bien que sienta una siesta, disfrútala y sácale todo el partido al resto de la tarde. ¡Tu salud te lo agradecerá!

 

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