Los 5 errores más frecuentes sobre la dieta paleo

¿A cuántas personas has oído comparar la paleodieta con una dieta carnívora, sin hidratos, con pocos alimentos, cara, no saludable, etc.?

Es bastante común. Especialmente para criticarla. 

Sin embargo estos argumentos tienen un fundamento sólido.

En este artículo vamos a ver cuáles son los 5 errores más frecuentes que la gente piensa sobre la paleodieta.

¿QUÉ ES LA PALEO DIETA?

En primer lugar veamos qué es la paleodieta y sus principios.

Realmente, más que una dieta, podemos entender la dieta paleo como una forma de alimentación.

La palabra dieta suele llevar la connotación de corto plazo, hasta alcanzar unos objetivos.

Y la alimentación paleo no se entiende para un periodo concreto, sino para llevarla a cabo durante toda la vida.

La dieta paleo defiende la forma de alimentación de nuestros ancestros desde el Paleolítico. 

Este periodo es en el que el ser humano ha vivido la mayor parte de su existencia. La evolución como especie hasta lo que somos hoy en día ocurrió en el Paleolítico.

Los humanos nos hemos adaptado y evolucionado conforme a la forma de alimentarnos y a los alimentos disponibles en este periodo.

La alimentación de las épocas posteriores apenas han producido adaptaciones en nuestro cuerpo. En este caso, los alimentos provenientes del desarrollo de la agricultura en el Neolítico y de la industria en la época contemporánea.

Por lo tanto, nuestro cuerpo no está igualmente preparado para digerir y metabolizar unos alimentos u otros. Y este motivo está relacionado con la causa de enfermedades y trastornos alimenticios.

La dieta paleo propone que para mejorar nuestra salud, la alimentación debería basarse en alimentos que hayan estado presentes durante la mayor parte de nuestra existencia como especie. 

Es decir, los disponibles desde el Paleolítico. Y de ahí su nombre.

ERROR 1 - LA DIETA PALEO ES CARNÍVORA

Muchos piensan que la paleodieta significa comer mucha carne. 

Como si nuestros antepasados solo se hubieran alimentado de la caza.

Gran error. 

La caza era una actividad importante, pero no era fácil ni siempre había animales que cazar.

Las poblaciones ancestrales se alimentaban de aquello que podían obtener. 

Cuando había animales, la carne sería una gran fuente de alimentación. Pero en invierno, cuando los animales invernan, es probable que su alimentación se centrase en vegetales y semillas.

En caso de vivir en zonas fluviales o marítimas, gran parte de su alimentación sería pescado y en lugares tropicales serían frutas.

ERROR 2 - SE COMEN MUCHAS PROTEÍNAS

Este mito está relacionado con el anterior. Muchos piensan que la dieta paleo es alta en proteínas porque se come mucha carne o pescado.

Nuestros ancestros no sabían de macronutrientes ni de valores nutricionales. Se alimentaban de lo que les pedía el cuerpo y tenían disponible en su alrededor.

Que comiesen comida con proteína sólo indica la necesidad de tomar alimentos de este tipo para vivir.

Si volvemos a pensar en las poblaciones ancestrales, algunas consumían mayor cantidad de proteínas y otras menos según las fuentes de alimentación disponibles en su entorno. 

Por ejemplo, en zonas con mar comían más proteína proveniente de la pesca, sin embargo en zonas tropicales con mayor acceso a frutos su consumo era menor.

Además, la proteína ingerida era acompañada de la grasa animal, por lo que los niveles de proteínas en comparación con la grasa eran menores.

ERROR 3 - ES MUY BAJA EN HIDRATOS

Durante nuestra evolución, los alimentos con hidratos han escaseado. Y exceptuando en ciertas regiones tropicales y en temporada de maduración, pocas veces se comía fruta.

Por este motivo, los hidratos no presentaban un alto porcentaje de su alimentación. Aunque no olvidemos que en algunas regiones tropicales si podrían alcanzar unos niveles superiores.

De acuerdo con esto, la dieta paleo si permite los hidratos, aunque no fomenta el consumo de los que provienen de alimentos que se introdujeron a partir del neolítico como cereales, la mayoría de legumbres, harinas y azúcares.

Hoy en día, estos son los que más abundan. 

Por eso, cuando alguien empieza la alimentación paleo experimenta una reducción en hidratos. No por que no se permitan sino por la retirada de los ultraprocesados.

ERROR 4 - COMER PALEO ES CARO

Actualmente, comer sano se interpreta como comer caro.

En ciertos aspectos esto es cierto. 

Los procesos e ingredientes industriales abaratan costes y hacen la comida más asequible.

A costa de nuestra salud.

También es cierto que, aunque pueda ser más caro, los beneficios en la salud puede ahorrarnos bastante dinero en medicinas y médicos en el futuro.

De todas formas, no siempre tiene que ser más caro comer sano y especialmente comer paleo.

Puedes comer paleo sin gastar más dinero comprando verdura en un mercado de agricultores, o huevos y carne de buena calidad en pueblos donde es más barato.

Y aunque no puedas gastarte más dinero en carne alimentada de pasto o huevos camperos, comer huevos y carne de otro tipo siempre será mejor que comer carnes procesados y platos precocinados.

ERROR 5 - SE PUEDEN COMER MUY POCOS ALIMENTOS

Este es otro argumento que se escucha bastante. 

«¿Y, entonces, tú que comes?» A lo que puedes responder con decenas de tipos de verdura, carnes, pescados y frutas.

Incluso con formas diferentes de cocinarlas. Aquí puedes ver algunas ideas.

¿Quién es el que desayuna siempre una tostada o un bol con cereales?

En la alimentación paleo es frecuente desayunar diferentes platos cada día (aunque sean todos a base de huevos) o no desayunar.

EN RESUMEN

La paleodieta es una forma de alimentación más que una dieta.

Consiste en comer alimentos que más tiempo han formado parte durante más tiempo de nuestra existencia: verdura, semillas, carne, pescado, huevos y fruta principalmente.

Pero no es una dieta que imponga las cantidades de cada alimento y la proporción de macronutrientes que se deben tomar.

La próxima vez que oigas a alguien hablar de alguno de estos mitos, podrás aportar tu grano de conocimiento sobre la paleodieta. ¡Su salud te lo agradecerá!

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